El sector turístico mundial se enfrenta a las secuelas de la pandemia de Covid-19.
La percepción del riesgo y la gestión de los viajes por parte de los turistas es un asunto crucial en su decisión de viajar a los destinos durante la actual incertidumbre pandémica. Las percepciones de los turistas sobre el riesgo y la gestión de los viajes pueden influir en su comportamiento psicológico para viajar a los destinos, además, los turistas pueden ver el riesgo y la gestión de los viajes de forma diferente a su percepción del riesgo latente, consecuentemente los viajeros evitarán visitar los destinos si los consideran arriesgados.
Mientras que numerosas comunidades se han enfrentado a cierres de diversa duración, las consecuencias económicas del virus han sido devastadoras. Los efectos en el sector turístico mundial, por no hablar de los miles de destinos en todo el mundo, han sido especialmente perjudiciales, ya que nuestra sociedad, normalmente hipermóvil, se ha paralizado de manera intermitente. No solo los principales actores de la cadena de suministro del turismo (por ejemplo, aerolíneas, compañías de cruceros, cadenas hoteleras transnacionales) han sufrido un daño insondable. En miles de localidades, empresas de todos los tamaños, que dependen directa o indirectamente de la economía de los visitantes, han suspendido sus operaciones y todo indica que muchas de ellas probablemente nunca volverán a abrir.
El impacto en la mano de obra del sector ha sido devastador, sobre todo si se tiene en cuenta la precariedad de numerosos empleos relacionados con el turismo y la hotelería en los peldaños más bajos de la escala profesional.
A partir de la disminución de los contagios en algunas regiones, el regreso a la nueva normalidad sigue siendo tema de discusión, a pesar de que algunos países cuentan con legislación sanitaria avanzada, la pandemia requiere reglamentar acciones específicas de bioseguridad y seguridad sanitaria con el fin de orientar a los profesionales y servicios de salud en el momento de retomar las actividades al 100%.
Ante situaciones como la actual, los protocolos de bioseguridad surgen como una herramienta importante, dado que al establecer procedimientos estandarizados, los emprendimientos turísticos, medios de transporte, atracciones y servicios en general retornen a sus actividades y minimicen los riesgos de nuevos contagios.
Normativa y sus implicaciones
Acorde a la Organización Mundial de la Salud, a través del Reglamento Sanitario Internacional, los protocolos de bioseguridad ya son usados en otros sectores, más no tienen un uso amplio en el sector turístico, por lo que recomienda acciones de parte de las autoridades encargadas y otros eventos de impacto en la salud a nivel global. Con estas bases generales deberán elaborarse protocolos locales dirigidos a la seguridad sanitaria de las personas.
A nivel global, el turismo sigue emprendiendo grandes esfuerzos tanto en el sector público, como en el privado, estableciendo protocolos que se adecuen a las necesidades sanitarias sí, pero que también se ciñan a las necesidades corporativas y locales de los negocios, eliminando así las incertidumbres y garantizando que los mismos sean instrumentos efectivos ante esta nueva normalidad.
Aunado a los llamados para formular soluciones conjuntas para el sector, diversas organizaciones internacionales siguen estimando afectaciones y analizando proyecciones a futuro, por su parte los subsectores de turismo han creado criterios con el fin de contar con regulaciones básicas, ejemplos como el sector del transporte aéreo que continúa trabajando activamente para mantener sus operaciones, en regiones como Europa, la Comisión Europea convocó en su momento reuniones para recoger las directrices sanitarias y de seguridad en los vuelos y definió pruebas recomendables tanto para pasajeros como empleados del sector, mismos que permanecen hoy en día.
