En su reciente informe Tendencias y políticas del turismo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), estima que el turismo internacional recobre fuerzas entre 2024 y 2025, debido a que sigue enfrentando secuelas por COVID-19.
En palabras de Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, el reto lo tienen los poderes públicos y las empresas que no solo deberán dar un empujón al turismo a corto plazo, sino que deberán consolidar la sostenibilidad del sector.
Con las operaciones frenadas casi por completo en todo el mundo, el impacto de la crisis sanitaria hizo retroceder la contribución del turismo al PIB en el conjunto de OCDE. Misma que se situaba en 4.4% y que descendió al 1.9% en el 2020.
Por si fuera poco, los negocios dedicados al turismo hacen frente a la inflación, los incrementos en costos de energía, alimentos y otros insumos, así como la falta de mano de obra, agravan la crisis. A pesar de que las empresas y los gobiernos esperan abordar estos nuevos desafíos existe el riesgo de que el impulso se detenga.
Pese a la recuperación económica en la mayoría de los países de la OCDE, hasta el 2021 ninguno de los 38 que la conforman logró recuperar la cifra de turistas con la que cerró el 2019. Hasta julio del año pasado el flujo de viajeros se mantuvo un 20% por debajo del mismo mes en 2019.
Para el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), las estimaciones son similares, pues calculan que el turismo alcanzará sus niveles pre pandémicos a mediados del 2023 o hasta el 2025, más no superarlos. El CNET estimó una llegada de 20 millones de turistas menos que en 2019 a México, es decir, 46% menos, lo que significó una pérdida de 13 mil millones de dólares por ingresos turísticos. siendo una pérdida estimada de 1.6% del PIB turístico.
Ambas investigaciones instan a los gobiernos y el sector privado a que trabajen en conjunto para consolidar una recuperación sostenible y resiliente.
El impacto que ha dejado la crisis por COVID-19 si bien ha amenazado la supervivencia de empresas y pequeños negocios, ha creado también una conciencia del turismo como fuerza económica y social, además de acelerar el impulso hacia prácticas sostenibles en múltiples sentidos.
La prioridad está en restablecer la movilidad, la seguridad y la confianza de los consumidores, para lograrlo es fundamental consolidar oportunidades a largo plazo, repensar el sistema turístico como lo conocemos.