De un tiempo para acá, los términos como NTF o blockchain son cada vez más populares, como las posibilidades de adquirir una pieza de arte única en su tipo o una propiedad en el metaverso y cambiarlos por beneficios tangibles. Las NTFs o Non Fungible Tokens, por sus siglas en inglés abren el panorama construido por las tecnologías como el blockchain.
Pero antes de comenzar, vayamos a una guía básica del concepto de las NTFs o Token No Fungible.
¿Qué es un token? Se refiere al valor que otorga una entidad con una función básica y valor concreto según sea el caso. Dentro del ecosistema cripto y blockchain, el token representa una utilidad, es decir se convierte en un activo físico digital que se puede intercambiar entre mercados. Los bienes fungibles se pueden intercambiar por otros del mismo valor o función. El dinero es un buen ejemplo.
Como su nombre lo dice, un bien no fungible, no puede intercambiarse por otro, pues no existe otro igual, así que es único e irrepetible y cada uno posee un valor diferente, como una obra de arte, por ejemplo. Así que, un NTF es la representación digital de un activo único, ya sea físico o digital. Los NTFs, se graban sobre el blockchain en un código inmutable, auditable o público. Toda persona es capaz de certificar su procedencia, verificar su autenticidad y no hay manera de que se falsifique. Todo muy bien hasta aquí, pero ¿qué tiene que ver con la hostelería?
Pese a su complejidad, la tecnología blockchain tiene mucho que aportar al sector, gracias a sus posibilidades ilimitadas, como minimizar las comisiones en pagos, la emisión de monedas digitales propias, hasta el posicionamiento de marca.
Actualmente, la mayoría de los hoteles y aerolíneas crean perfiles de clientes segmentando los datos en diferentes categorías -información demográfica frente a detalles del viaje-. Sin embargo, esos segmentos suelen estar aislados en sistemas separados. Esto hace que sea difícil reunir la información correcta en el momento adecuado y garantizar que los datos de los clientes no se pierdan en la traducción al pasar de un departamento a otro y de un sistema a otro dentro de una empresa. La tecnología blockchain en conjunto del uso de herramientas como las NFTs, facilita el acceso a la información en un solo lugar y de una sola vez, tanto dentro de una empresa como entre sectores.
¿Qué se puede hacer en la industria con ellas? Las posibilidades son infinitas.
Como se menciona, los NFTs al ser códigos únicos, son fáciles de verificar su autenticidad. Imaginemos un escenario hipotético, digamos que el W Barcelona, que es conocido por hospedar a celebridades aclamadas y por medio de NTFs y blockchain puede validar a futuros huéspedes que en ciertas habitaciones se hospedó una celebridad. Es probable que éstos decidan pagar más por pasar unas vacaciones ahí, dado que el valor de la habitación se incrementó.
Otro ejemplo son las reservas mediante NTFs, si un huésped tiene una reserva por NFT la puede intercambiar fácilmente por algún mercado secundario sin la necesidad de preguntarle al hotel que, en todo caso puede evaluar los datos del dueño de la NFT al momento de recibirle.
Empresas como la española Telefónica, lanzó hace unos meses una colección de NFTs en la que el chef Ferran Adria buscaba reflejar la evolución de la cocina a través de piezas únicas, así creó un conjunto de 114 NTFs en los que plasmó su visión de la evolución culinaria y que fueron comercializados en la web de la asociación elBullifoundation y en OpenSea. Cada uno tenía un valor de 0.18 Ether, lo equivalente a 500 euros. Lo recaudado de la venta pasó a manos de dicha asociación.
Cadenas de comida rápida también están incursionando en estos nuevos modelos, algunos ejemplos son Burger King, que con apoyo de Open Sea creó el NFT Hacker Stacker en la región de Uruguay, un NFT que a manera de cupón era canjeable por una hamburguesa al mes durante 2 años.
Otro de ellos fue Pizza Hut Canadá que lanzó "1 Byte Favourites", es decir, imágenes digitales de pizza, como fichas no fungibles. Cada semana, la empresa puso a la venta en Rarible una nueva imagen de una porción de pizza, cada una de una receta diferente. La primera "porción" se puso a la venta por 0,0001 ETH (una criptomoneda equivalente a 18 céntimos de euro), pero acabó vendiéndose por 8,824 dólares.
También Mcdonalds lanzó su propia colección de NFTs por su aniversario en China, se trató de los “Big Mac Rubiks Cube”, 138 coleccionables basados en una blockchain llamada Conflux. Estos sólo podían conseguirse mediante un sorteo para empleados y consumidores.
La coctelería no se ha quedado atrás, espacios como el Eve Bar de Adam Handling, creó su propio NFT en colaboración de mixólogos y artistas digitales, el dueño de cada NTF es acreedor a vales canjeables en el establecimiento por un monto que hasta la fecha permanece secreto.
Esto es sólo una probadita de lo que se puede hacer con la venta de los coleccionables digitales, que según los analistas serán la nueva forma de recaudación de fondos. Pues existe una tendencia en la que mayormente los brand lovers son los principales jugadores en estas dinámicas. Los NFTs, marcarán también un antes y un después en la creación de storytelling digital, lo que consumimos dicta nuestras creencias, qué nos importa y a qué le damos valor, con qué nos identificamos y cuánto estamos dispuestos a invertir en ello.