Una nube es una masa de gotas de agua, cristales de hielo, o ambas a la vez, que se mantiene en suspensión en la atmósfera, y cuya formación se debe a la condensación del vapor de agua en el cielo.
Para que las nubes se formen se necesitan tres ingredientes: vapor de agua en la atmósfera, partículas que permitan su condensación (paso de estado gaseoso a líquido) y bajas temperaturas.
Y aunque se ven ligeras en la atmósfera, pesan varias toneladas de agua líquida, por ejemplo, una nube pequeña de un kilómetro cúbico (Km3) de volumen, llega a pesar 1 millón de kilos, lo que equivale más o menos al peso de 500 automóviles.
Pero su gran peso, no les impide flotar en el cielo gracias a que su masa es menor a la del aire circundante, manteniéndose en equilibrio a la misma altura a medida que se desplazan con el viento.
Fuente alterna de abastecimiento
De acuerdo a un documento del Instituto Politécnico Nacional (IPN) denominado Captación de agua de lluvia, alternativa sustentable, el futuro de la sociedad depende del uso sustentable de los recursos naturales.
En este contexto, el recurso agua juega un papel crucial y motiva la reflexión sobre cómo darle el mejor uso, pues en la actualidad hay muchos problemas de escasez del recurso.
Indica que los sistemas de captación de aguas pluviales, son una importante fuente alterna de abastecimiento, aunque dependen directamente de la precipitación de la zona.
El documento, refiere que las antiguas culturas en Europa, Asia y América, construían obras de captación de agua de lluvia, pero el crecimiento de las ciudades y los avances tecnológicos, como el uso de tuberías, relegaron estos sistemas.
En México, particularmente en la península de Yucatán, durante la época prehispánica, los Mayas y los Toltecas aprovecharon los cenotes y las cuevas de formación natural, como medio de captar y almacenar el agua de lluvia.
Pese a que en nuestro país cada temporada de lluvias se reciben mil 488 millones de m3 de agua, lamentablemente hay una discrepancia en la distribución por entidad federativa, además que hay 13 millones de habitantes sin acceso al agua entubada.
Sistemas de Captación de Agua de Lluvia
Los Sistemas de Captación de Agua de Lluvia, son una tecnología mediante la cual se habilitan cubiertas y áreas impermeables de las construcciones con el fin de captar el agua de lluvia, para posteriormente conducirla a lugares en donde pueda almacenarse (depósitos, cisternas) y finalmente darle un uso (humano, agrícola o pecuario).
Estos métodos de aprovechamiento de agua lluvia son utilizados intensivamente en muchas zonas del planeta, sobre todo en lugares donde no existe una red de acueducto o el suministro es deficiente; hay baja disponibilidad de agua, carencia de recursos y materiales de construcción, o mala calidad del agua (contaminación).
Representan una alternativa práctica y relativamente económica que podría contribuir con el abatimiento de la escasez de agua en medios rurales donde resulta muy costoso y en ocasiones imposible distribuir el recurso agua mediante una red o vehículos adaptados para tal fin.
Es importante que se considere el establecimiento de nuevas normas y leyes que obliguen a los urbanizadores e industriales a la implementación de Sistemas de Captación de Agua de Lluvia en el desarrollo de sus proyectos.
Países como España, Islas Vírgenes, Islas Caicos y Turkos, Tailandia, Singapur y Japón, entre otros, cuentan con un marco legal y normativo que obliga a la captación de agua de lluvia empleando los techos.
En México, si se aprovechara solo el 3% del 1.3 billón de m3 de agua de lluvia que cae, se podría abastecer a millones de mexicanos que actualmente no cuentan con agua potable; se beneficiarían 18 millones de hectáreas de temporal y se regarían cien mil hectáreas de invernadero, además de que se podrían evitar inundaciones.