En el contexto actual de pandemia por COVID-19, todos los sectores de la economía deberán fundamentar en buena medida su permanencia y desarrollo en dos vertientes estratégicas: el crecimiento de sus mercados específicos y la eficiencia de las organizaciones. El ramo hotelero no es inmune a estas realidades, en este artículo nos centraremos en la segunda; potencializar el uso efectivo de los recursos materiales y humanos con los que cuentan las empresas de hospedaje traducidos en un incremento de la productividad y optimización de sus operaciones.
La productividad es un efecto de conjunción multifactorial, entre ellos la información disponible, organización del tiempo, herramientas, la priorización de tareas, trabajo en equipo y la resiliencia para hacer frente a numerosos escollos. A continuación, te presentamos algunas buenas prácticas para aumentar la productividad y rentabilidad; estas herramientas sirven para potenciar el negocio, afinando el tipo de gestión hotelera más adecuada.
Pero como todo logaritmo, empecemos por el principio. Debemos saber en dónde estamos parados respecto a la gestión del capital humano con el que cuenta la organización, para ello será deseable hacer un análisis situacional. Esto nos ayudará a tener claridad en muchos aspectos, como lo es el grado de satisfacción de nuestro equipo de trabajo.
Esta información se puede obtener por medio de encuestas de ambiente laboral, que nos dará luz acerca de distintos aspectos, tales como planes de desarrollo profesional, la probable duplicidad de las tareas, esquemas de incentivos, eficiencia en la estructura organizacional y detección de necesidades de capacitación (DNC). Se debe ofrecer las condiciones adecuadas para que las personas se motiven al cumplir sus tareas, trabajen en equipo, se sientan importantes y busquen la forma de cumplir con sus objetivos en tiempo y forma.
Todas las empresas competitivas deberán fundamentar su desarrollo en procesos de mejora continua y tendrán que destinar parte de su presupuesto (inversión) en la formación continua de sus trabajadores para que adquieran nuevas habilidades o mejoren las que ya tienen. De esta forma incrementarán su capital de trabajo y aportarán conocimientos nuevos a sus labores cotidianas.
En este sentido, la comunicación será el elemento primordial para lograr el objetivo de aumentar la productividad de la organización hotelera; se deben implementar y fortalecer canales de interacción funcionales para difundir la información entre los equipos y así, mantener a toda la estructura alineada y actualizada respecto a la consecución de los objetivos de la compañía.
Otro elemento para destacar es el uso de tecnología de gestión adecuada, la automatización de procesos puede facilitar, no solo que la empresa sea más productiva, sino que reaccione a tiempo ante imprevistos. Se deben considerar plataformas de gestión como un CRM (Customer Relationship Management) o un PMS (Property Management System) que permitan la correcta administración global de clientes y disponibilidad de habitaciones.
Es básico contar con una conexión a Internet de alta velocidad para eficientar los procesos de gestión administrativa, mantener actualizadas las conexiones con portales especializados en reservaciones, renovar las estrategias de marketing digital y social media y por supuesto ofrecer un servicio de conectividad de calidad a los huéspedes.
Ya que tenemos el análisis interno de los empleados, detectadas las áreas de mejora con posibilidades reales de solución y situaciones técnicas; es momento de considerar cuales son los KPI (Key Performance Indicators), es decir, aquellos valores cuantitativos fundamentales para medir, seguir y gestionar los procesos internos y el rendimiento de la empresa. De esta forma, se pueden diseñar estrategias para impulsar a sus organizaciones en la dirección correcta.
Entre los indicadores más importantes para las empresas hoteleras, podemos mencionar al RevPAR (Revenue Per Available Room) el cual mide la rentabilidad hotelera, estableciendo un balance entre la cantidad de habitaciones disponibles y la demanda de los huéspedes en un periodo de tiempo determinado. Podemos tener claro el estado económico del hotel y entender de manera anticipada el comportamiento de los huéspedes.
Debemos considerar el hecho de que el sector turístico está viviendo una evolución tecnológica vertiginosa, en la cual es fundamental contar con información pertinente y una adecuada capacidad de reacción para conocer de manera inmediata las modificaciones en los hábitos de consumo de los huéspedes y cómo establecer relaciones de negocios de manera continua y eficiente.
Sumado a lo anterior, las empresas hoteleras que desean aumentar su productividad como la vía de mantenerse en el mercado deben preocuparse por generar un ambiente laboral adecuado, flexible y colaborativo que permita una comunicación eficaz y una pertinente priorización de tareas y permita cumplir con los compromisos a tiempo, alcanzar los objetivos esperados.