A un año de la pandemia los cambios operativos ya forman parte de la realidad de cada día. Y las estrategias por el viajero regional son las que mantienen a flote el negocio
Innumerables veces hemos revisado todas las adaptaciones que han debido hacer los hoteles de todos los tamaños para adaptarse a las exigencias de sanidad frente a la pandemia por covid-19. Ahora veamos otro punto de vista: el de un hotel que abrió, es decir inició sus operaciones, en plena pandemia.
Es el caso de Conrad Punta de Mita, de la familia Hilton. Marco Tabet, gerente del complejo turístico, nos compartió en entrevista la experiencia de inaugurar en septiembre de 2020, es decir, nacieron en la era covid.
“Abrimos con los protocolos ya asimilados”, señaló. La ventaja, continuó, fue que pudieron acomodarlos de tal manera que se quitó la sensación de limitantes en el contacto humano. “Modificamos los espacios comunes, redistribuimos los camastros, las mesas en restaurantes y bares”. Como si el filtro sanitario a la entrada del hotel, por ejemplo, hubiera sido parte del servicio desde siempre.
En cuanto a los protocolos de limpieza, además de los establecidos por las autoridades sanitarias manejan el código Hilton Clean Stay, integrado por 10 puntos de limpieza adicional en lugares de contacto frecuente en la habitación. Por ejemplo, detalló, el teléfono, el apagador o el control remoto.
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“Aceleramos la integración de los servicios digitales. Los huéspedes ya pueden abrir la puerta con su celular (ya no hay llaves magnéticas) y esto le da seguridad pues toca la menor cantidad de objetos posibles”, señaló Tabet.
Facilitaron a sus huéspedes otras formas de hacer ejercicio al aire libre: adquirieron bicicletas para que sus visitantes pudieran recorrer el complejo, con todo y su campo de golf de 18 hoyos diseñado por Greg Norman, enclavado en la costera de la Riviera Nayarita.
El hotel surgió con los nuevos parámetros: logro superado. Todas esas adaptaciones se dieron tras bambalinas, con cientos de pequeños cambios y ajustes que permitieron construir ese ambiente para sus visitantes. Pero si al frente del mostrador la escena ya estaba dominada faltaba una parte esencial del negocio: ¿Cómo hacer la promoción del mismo en plena pandemia?
“Tradicionalmente, la promoción es un trabajo para socios comerciales y clientes. Se organizan meeting planners con las agencias (pero, ante el confinamiento) ahora debimos recurrir a presentaciones en Zoom y otros recursos”, detalló.
Así que la creatividad encontró respuesta en la tecnología: hicieron transmisiones de las experiencias, en vivo, a través de Zoom. Además, videos de todos los rincones del hotel. Todo transmitido para agencias y prospectos.
“También construimos experiencias para que los huéspedes pudieran compartir solamente con su grupo de viaje, su familia”. Por ejemplo, el temazcal tradicional que ofrecen para esos grupos.
Los códigos QR que sustituyen a las cartas de menú o de listas de actividades, las llaves digitales y todos los protocolos de limpieza llegaron para quedarse. Son criterios ya asimilados en la cultura del este hotel que nació en la era covid-19. “Los humanos recuperaremos nuestros hábitos de viajar y nos quedaremos con lo que aprendimos a utilizar porque nos hacen la vida más fácil”, concluyó el gerente de Conrad Punta de Mita.
Cambios en los All Inclusive: panorámica desde una agencia
Ahora bien, la mayoría de los hoteles han debido ajustar su operación a los tiempos del confinamiento y la pandemia. Más allá de las rutinas de limpieza y sana distancia ha habido propuestas desde niveles más profundos de esas organizaciones, adaptaciones que tocan la estructura de costos y que sólo están disponibles por las agencias y los mayoristas, por ejemplo.
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“En Vuela a la Vida hemos visto cambios súper interesantes en términos de tarifas. A diario hacemos paquetes y tours para todo el mundo. Pero por la falta de turismo extranjero los hoteles volvieron su target primario al mercado mexicano y cambiaron sus precios”, explicó Patrick Nuebel, Fundador y CEO de Vuela a la Vida, una agencia online para México y Colombia.
Antes del confinamiento, señaló, podían conseguirse paquetes de tres días a Los Cabos en 9,000 pesos y hoy podrían encontrarse en 3,000 pesos. “Podemos ver tarifas entre 30% y 50% más económicas que antes de la pandemia”, dijo Nuebel.
Esto obedece, en buena parte, a que las tarifas hoteleras en México siempre están dolarizadas. Pero hoy, al tener como target al mercado local este factor ha cambiado y se ajustaron al entorno. Eso sí, difícilmente se localizarán en los metabuscadores y buscadores, ya que esos precios son para viajeros internacionales. “Lo vemos frecuentemente en hoteles de la Riviera Maya: el mismo paquete varía de precio si cambias el país desde donde lo visitas”.
Esto, agregó el entrevistado, se observa más en los hoteles All Inclusive. Es decir, mientras los hoteles de alta gama han mantenido los precios, los All Inclusive han diversificado sus costos para atraer al viajero local que, en este tiempo, puede encontrar: “Opciones que normalmente cuestan una fortuna pero que ahora son alcanzables”.
De ahí que pueda esperarse que, este año, tanto en las vacaciones de Semana Santa como en las de verano haya una alta afluencia de visitantes que nutran al turismo mexicano. Gangas de la era covid.